Criticas de cine

Una lección criminal nos presenta la historia de un asesino en serie, condenado a cadena perpetua por sus numerosos asesinatos cometidos contra jóvenes adolescentes que siguen un mismo patrón. Orgulloso y ególatra por su modos operandi donde durante un largo proceso meditativo se acerca a sus víctimas para terminar torturándolas, se siente insultado cuando le imputan uno de los crímenes que claramente no entra en su patrón. Masaya, recibe una carta de un conocido que le recomienda visitar al asesino en la cárcel con el cual irá entablando una serie de conversaciones reveladoras. 

La historia, marcada por puntuales escenas gore, nos retrata el pasado de un psicópata que encuentra el placer en la muerte, tal y como él dice en el juicio ante la pregunta "¿Volvería a hacerlo si pudiera?" " Es una necesidad". Siguiendo la estela de clásicos como El silencio de los corderos (Tim Galvin, 1991) o Desde mi cielo (Peter Jackson, 2009), Una lección criminal nos envuelve en un relato tedioso psicológico con suficientes plot twists para mantenerte atento a la pantalla durante las dos horas de visionado. Remarcables las conversaciones que mantienen los dos protagonistas a través de un cristal, donde el director y la fotografía construyen tomas y composiciones, que una vez revelada la relación de ambos, es asombrosamente perturbadora.